Matatirutirulá



Llévame a esos lugares esta noche.
Condúceme a reírme, como aquellas veces,
a todo pulmón,
a reírme
como antes, como antes, como antes.

Límpiame los mocos y las legañas
y paga el boleto del tren de la próxima estación,
trae confitados, galletas dulces y un jugo de banana.
Te diré te quiero.
Dame descanso.
Vamos a los juegos mecánicos, diversión vanal,
ficticia para muchos, también para mi.

A mi me provoca sonreír.
Bésame la mejilla, aún no la comas.

Arráncame los ojos llorosos,
hazme gritar en la montaña rusa,
exprópiame los problemas,
las angustias y recordar que aún
soy una niña obligada a crecer en los tentáculos del pulpo.

Créeme, soy feliz,
como antes, como antes, como antes.
El encanto se le ha agotado a estas situaciones contestatarias
y yo sólo quiero volver a sonreír ahogándome de Felicidad.
Llévame a los parques,
a los jardínes de tu casa,
hazme columpiarme, persígueme en el Laberinto
y luego tómame una foto, sólo una foto con una flor en los dedos
y dime , aún, "cariño" en el revelado a blanco y negro.

Deshazte de mí,
de ese Yo aburrido y esquematizado.
Sonríeme con cosas espontáneas,
hazme una mentira.

Fabrícame, de nuevo, mi burbuja de cristal,
mi casita de chocolate azucarado.
Acompáñame en bicicleta, canta conmigo,
presúmeme,
veamos películas en el sillón rojo de tu cuarto
y cuéntame todo secreto absoluto.

Hazme niña, niña, niña.

Siempre has sido 69% adecuado y bisiesto,
de los que rara vez podemos encontrar
en los estantes de los súper-marcados.

Maas, vuelve.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te amo, es muy fácil escribirlo, decirlo más y sé que siempre he sido malísimo probando esto, pero a veces me pongo nostálgico y extraño nuestras horas de películas en el sofá rojo, nuestras excursiones fotográficas, nuestras escondidas, esos lugares oscuros para nosotros y tu cara de drogada porque te ponías alucinante cuando te cagabas de risa por todo (no se porqué coño menciono esto, perdón). Te amo, porque te compliqué la vida y tú rompías margaritas por mi culpa, qué cagón que soy!, yayaya, esto me recuerda a esa carta que me mandaste hace unos meses. Oye no debería estar hablando tantas cosas personales, pero lo hago pues y siempre he sido así de boca suelta.