Última llamada

Partiste,
este día febril de marzo
de algún año que esperé no vivir

Hoy
que todo es más redondo
la sinuosidad de mi cuerpo se insinúa,
me toco
me presiento como pequeña cascada
que se precipita
que rompe contra la roca
contra el beso de tu boca sobre mi vientre,
loto tatuado
brazo guarida nocturna.

Hoy
la menstruación que se desprende
tejido interno inflamado de placer
el ocaso rojizo
y la vida,
latido de célula que te enciendes, explotas
y te adormeces,
ave de paso
huésped del sur


...

Recreación del desencuentro


He aquí el barro
la sombra de la que estás hecho.
Tu olor, la despedida inconclusa e infinita
tan ínfima como palabras que surcan tu lengua.
Ya dejaste de entender la vida que me otorgan las miradas
y eres ahora planta influorescente.

Iré a llenarte de mi desnudez
caudal torrentoso donde solo tú,
ermitaño ambulante de mis sueños,
te esparces
pólem
que todo destruyes
que creas y quemas

Las letras de tu nombre
el deletreo silencioso cual maldición
majini maligno que respiras coral de mi boca
Tú que todo lo ignoras sabiéndome tuya
que me otorgas tus sueños sin darme vida
que me tocas sin verme
que me ves sin desearme
que te olvidas de mí para añorarte en incendio.

.

Y digamos que
me encuentro así
como gata preñada de vacío
como dos dedos apuntando al frente,
los necesario para volarse
ya que sabe uno qué cosa,
pero sacarse algo
sea un peso
un pájaro azulado
o el labial de la bolsa

Y excesivamente preñada
con el vómito
sobrante
pendiente de los dedos
cual tiempo resbaloso
que se contrae y dilata en la pelvis
prótalo de orquídea