..


Le digo,
a más de 45 minutos de su cuerpo,
45 y algo más si sobre ruedas voy.

Le respondo: "es viernes y soy yo mi propia jaula"

.


Ya no eran tan sólo los pies
apartados de los suyos,
era el tiempo medido en calles
sin palabra pronunciada.

Carcomido el lazo
por qué tardó la orfandad en llegar a mis manos.

No eran sólo lo pies,
eran mis palmas húmedas, sudor de llanto,
la cabeza girando y la avenida derecha,
el arco de las pestañas de aquel que bajó los párpados.

Un arco hermoso que se extendía
hacia el blanco de la ceguera.

Cada mañana será lo que no fue antes del invierno,
sólo he detenido los trazos,
el dibujo inconcluso
y la respiración acelerada en el silencio