Vacía confusión I

A tus piernas, a las mías.

Al enredo que es mi cabeza,
la telaraña que mis dedos tejen con los pensamientos.

Al abandono del que soy cómplice silenciosa,
a la mudez de mi vagina,
a la sequía de mi útero.

Mi deseo disperso, no extinto,
esparzo el polen de los días alrededor tuyo,
un silbido hacia el punto amarillo que habita en este cielo;
un huevo friéndose sobre la sartén;
un tambor llamado estómago;
un rugido de amante nostálgica.

A los besos que brotan de las comisuras de tus labios,
a tus dedos que deshacen las piedras de mi vulva,
de nuevo, a tus dedos; a tu soplido; a tus lamidas
de quienes soy presa entregada a voluntad.

Caza sin casa,
arco y flechas cargadas de lujuria,
susurro de un deseo confuso.


Éxodo # n

Vestirme para la ocasión:
desnuda, completamente desnuda.
Voy, como usualmente lo hago.
Voy en tu vida de visita.

Voy a extraviarme,
a volver a encontrarte,
a no sé qué pero a algo.

Volver a ser la turista
sin un próximo tren que tomar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me escondí en las letrinas de tus piernas,
en el momento de la caída del sol sobre tus pezones,
cuando las sabanas se secaban de tanto sudar.
Era animal vulnerable, fruta que caía y rodaba sobre la acera.